viernes, 29 de julio de 2016

Los 4 grandes no han recibido el castigo que merecían.







Creo que los 4 grandes no han recibido el castigo que merecían.” – Gorka Maneiro 





26J, siguiente capítulo del 20D. Gana el PP, gana el PSOE, también ganan Podemos y Ciudadanos. Así dicho suena raro, pero más raro resulta que los partidos más corruptos, y los que tanto han mentido, los que han traicionado a sus votantes, reciban tantos millones de votos. 
 

El PP, con constantes casos de corrupción en los medios, con tantas promesas electorales incumplidas, con tantos recortes a los españoles al tiempo que mantiene la carísima y sobredimensionada estructura política y clientelar, ha subido en número de votantes. Parece que muchos les han votado por miedo a Podemos, al comunismo, a que nos conviertan en República Bananera Bolivariana. Les ha funcionado la estrategia del miedo, esa que tanto usó el PSOE contra ellos cuando en los mítines gritaban Alfonso Guerra o José Blanco: “Que viene la derecha”.

El PSOE, descendiendo el número de votos, aún más, batiendo récords con los peores resultados de su historia, creo que también ha ganado. Con tantos casos de corrupción y tanto dinero “distraído” de las arcas públicas (mucho más que el PP), habiéndonos metido en la peor crisis que se recuerda, alardeando de políticas de Género que discriminan y dañan gravemente a la mayoría de la población, proponiendo estatus especial para Cataluña en un Federalismo Asimétrico que discrimine a las Comunidades Autónomas más pobres, participando del nacionalismo discriminador y excluyente, habiendo olvidado el discurso y el sentido de la izquierda para convertirse en un PP maquillado de rojo, han cosechado varios millones de votos. Increíble. Aunque es de suponer que esos votos seguirán bajando al ir perdiendo su inmensa red clientelar sostenida con dinero público.


Podemos, con un resultado muy inferior a su expectativa, después de haber decepcionado a los suyos con el constante cambio de discurso como veleta movida por el viento de los intereses partidistas y especulaciones electorales, después de haber dedicado más tiempo a parecer que a ser (en los Ayuntamientos que gobierna), se ha consolidado y sólo le falta la red clientelar del PSOE para pasarle de largo.


Ciudadanos, después de los informes de financiación ilegal, después de los constantes rumores de estar al servicio del IBEX y no de los ciudadanos, después de sus contradicciones y arrogancia, después de las constantes purgas y problemas internos, después de salirles ranas y sapos por doquier, después de haber prometido en campaña que no ayudaría ni al PP ni al PSOE y haber traicionado a sus votantes firmando un pacto con el segundo para aliarse con el primero,…  sólo ha perdido 8 escaños. 


UPyD se quedó fuera el 20D y volvió a quedarse, con muchos votos menos, el 26J.
UPyD ilustra mejor que nadie el populismo y la desvergüenza política, y no por sí, sino por los demás. Cuando UPyD estaba en el Parlamento como el Pepito Grillo de la política y de los políticos, cuando andaba todos los días a vueltas con la Regeneración Democrática, reprochándoles la corrupción, exigiendo Transparencia, independencia del Poder Judicial, abolición de los privilegios como los aforamientos, eliminación de lo superfluo como el Senado o las Diputaciones Provinciales,… cuando UPyD estaba todos los días con la matraca, todos los partidos empezaron a apuntarse a los nuevos aires políticos, y no como seguidores, sino como abanderados (de boquichi, claro). Todos se daban golpes en el pecho y alardeaban de ser los más transparentes y pretendían ser los que más luchaban contra la corrupción (aunque tuviesen su casa llena de corruptos), a todos se les llenaba la boca con la “Regeneración Democrática”, todos proponían algún tipo de supresión o reorganización de Entes Públicos, todos los que llevaban décadas blindando a los suyos con aforamientos y ampliando el número de aforados, pasaron a hablar de eliminarlos o reducirlos,… 


Por entonces se hizo una inmensa campaña de desprestigio primero, y de ostracismo después, contra UPyD. Se le exigía autocrítica. Cada vez que alguien de UPyD abría la boca, automáticamente: “Tenéis que hacer autocrítica”. Bueno, en realidad se le exigía que se autoinculpase por los malos resultados electorales. Esos resultados que iban cosechando provocados por la manipulación mediática. El pueblo, soberano y maduro, le retiró el voto en favor de los nuevos cantos de sirenas proyectados y amplificados por todo el aparato mediático y propagandístico.


Aplicando la ley del voto útil, la Ley D’Hont, las leyes de la propaganda política y todas las aplicables, UPyD quedó fuera del Congreso el 20D. Pasaron 6 meses de bochornoso espectáculo. Con el trasfondo (más bien la excusa) de formar Gobierno, los partidos se dedicaron al postureo. Se embarcaron en una campaña electoral de 6 meses pagada con dinero público. Se olvidaron de los intereses de España y de los españoles, de los que les estaban pagando el sueldo y la campaña, y se dedicaron a lo suyo: a predisponer a la opinión pública en contra de tal y a favor sí mismos. 


Con un PP que, viendo el panorama, soltó su propuesta de gran coalición, se apartó y se dedicó a ver cómo se desangraban entre ellos y ellos.


 Con un PSOE dando zarpazos a diestra y siniestra. Con más deseos de coger la vara de mando que posibilidades de hacerlo. Más preocupado por aparentar distanciarse del PP que de la formación real de Gobierno. Con más miedo a Podemos que capacidad para negociar. Con aquella pomposa escenificación, que recordaba el fatuo zapaterismo, de lo que era un simple acuerdo en el que C’s ponía a su disposición los escaños que había obtenido prometiendo que no los iba a poner a su disposición.


 Con un Podemos cada día más envanecido  y prepotente, humillando al PSOE y deseando unas nuevas elecciones, con la confianza de que continuase el hundimiento de los socialistas y el ascenso propio, confiando en el sorpasso. 


C’s, en un hervidero de hiperactividad, quería estar en todos lados, en todas las fotos, salir en todos los periódicos e informativos, aparecer como el gran hacedor, ser el nuevo Adolfo Suárez (lo decía Rivera en sus típicos ramalazos de “modestia”, hasta que el propio hijo de Suárez le pidió respeto). Quería ser la novia en la boda y el muerto en el entierro. Después de haber prometido en campaña que no ayudaría ni al PP ni al PSOE a formar Gobierno, traicionaba a sus votantes entregándoles esos votos a los socialistas y pretendía, cual gran estratega, forzar al ganador PP a pactar con ellos pasando por el mismo aro por el que le había hecho pasar el PSOE a ellos. 


 Y llegaron unas nuevas elecciones forzadas por el “amor propio” (nunca mejor dicho) de los partidos. En esa fugaz XI legislatura no consiguieron ponerse de acuerdo salvo en aumentarse las vacaciones. Los problemas de los españoles los dejaban para luego si eso. Y los españoles votaron. Menos que en otras ocasiones, hartos de tanto politiqueo y mangoneo, pero votaron. Y los 4 grandes cosecharon votos por millones. Y no, no recibieron el castigo que merecían. Ese castigo lo recibieron los propios votantes que tuvieron que correr con los gastos y seguir sin Gobierno. El pretendido voto útil del 20D sirvió para nada, para una XI legislatura cara e inútil. Pero el voto útil del 26J tampoco está sirviendo para nada, desde luego no está sirviendo para resolver los problemas de los españoles. Ni si quiera para que los políticos muestren interés en ellos. Están demasiado ocupados repartiéndose sillones, amañando pactos, fingiendo indignación (como la de C’s con los votos nacionalistas),…


El establishment ya ha dado por muerto y enterrado a UPyD. Los políticos ya no hablan de aforados, ya no hablan de independencia del Poder Judicial, ya no hablan de Transparencia, ya no hablan de eliminar duplicidades y Entes superfluos, … Ya no hablan, y de hacer, para qué hablar.


Así las cosas, ya pueden dedicarse cada uno a lo suyo, a lo de siempre, sin disimulo: a trabajar por su partido, como ellos mismos dicen.


El PP se siente ganador, en ascenso, confiado en superar resultado en caso de nuevas elecciones. Así que se limita a mantener las formas y dejar pasar el tiempo. Que consiguen la investidura, bien. Que vamos a nuevas elecciones, pues también. Mientras, siguen con su nueva y exitosa táctica del miedo: si no forman Gobierno, no se podrán pagar las pensiones ni a los funcionarios, ni funcionar las ONGs,..


El PSOE hizo “la campaña del SÍ”, decían ellos con todo el aparataje y escenificación, incluido un enorme Sí en mitad de la calle cubierto de flores. Una cursilada como otra cualquiera. Luego, los votos recibidos para el Sí los están utilizando para el NO: NO a Rajoy, NO a nuevas elecciones, NO a un gran pacto de izquierdas con Podemos,… A mí, eso de que me pidan el voto para una cosa y luego lo utilicen para todo lo contrario me jode, me da la sensación de que me han estafado, que me han traicionado. Y mientras, Pedro Sánchez ausente, a lo suyo, desoyendo a los veteranos, a los barones, a la ciudadanía. A lo suyo, digo, a salvar su culo, a intentar pillar algo de poder, a mantenerse como el puto amo del partido contra viento y marea y contra los intereses de los españoles que le han votado y que le pagan el sueldo. ¿Y la autocrítica?
Podemos, después del arranque de furia de la fiera herida, se retiró a sus cuarteles a restablecerse del mazazo. En un primer arranque de ira se culpaba a cualquiera de no haber logrado el sorpasso,  incluso algunos pedían que se muriesen los viejos. Pablo Iglesias, en su línea narcisista, atribuía el fracaso a haberlo hecho todo demasiado bien. Sí, suena a chiste aunque sea patético, pero de autocrítica, nada de nada. Eso sí, ya no montan escenificaciones con los gerifaltes del partido para presentar propuestas humillantes para el PSOE. 


C’s, que basó su campaña en arremeter contra Rajoy y prometer que no lo ayudaría a formar Gobierno, ahora traiciona de nuevo a sus votantes y dice que se abstendrá en la votación para facilitar la investidura de Rajoy. Hasta pide al PSOE que facilite la investidura de Rajoy. Es más, hasta se atreve a pedirle a S.M. el Rey que convenza al PSOE para que gobierne Rajoy. Lo de Rivera empieza a ser esperpéntico. ¿Y la autocrítica?


Quien vota a corruptos pierde todo el derecho moral a quejarse de la corrupción, a quejarse de que le roben los políticos, porque ningún político se pone ahí, los ponen los votantes.


Quien vota a traidores, a mentirosos, pierde todo el derecho a quejarse de que los políticos mientan. Si están ahí engañando es porque ustedes los han colocado con sus votos. 


Quien no vota en las elecciones pierde todo el derecho moral a quejarse de la política porque no ha hecho nada por cambiarla teniendo la ocasión.


Quien se justifica resignadamente diciendo: “¿Y a quién vas a votar si son todos iguales?” es porque no ha votado a UPyD. Porque UPyD no es como los demás. Por eso lo quieren finiquitar los corruptos, los traidores, los separatistas, los recortadores,… por eso debería votarle la gente. 


Es necesario que la gente no vote por odio ni por miedo. Es necesario que la gente no vote a quienes les roban. Es necesario que la gente no vote a quienes les engañan y a quienes les traicionan. Es necesario que la gente no vote a quienes basan la política en el reparto de sillones y de prebendas. Es necesario que la gente castigue a los malos y premie a los buenos. Los 4 grandes no han recibido el castigo que merecían. Es necesaria una regeneración democrática.