domingo, 9 de marzo de 2014

Día 8 de Marzo, ¿día de la Mujer trabajadora, o día del feminismo de género?



El camino hacia la igualdad entre hombres y mujeres ha sido largo y costoso. De hecho, la conciencia social e institucional sobre la igualdad es muy reciente. La celebración del día de la mujer por las Naciones Unidas comenzó el 8 de Marzo de 1975. Más que un día de celebración, era un día de concienciación, pues aún quedaba mucho por hacer para vislumbrar una sociedad igualitaria tanto legal, como social, como profesionalmente.

A estas alturas del siglo XXI podemos ver el efecto tan positivo que tiene la participación activa de la mujer en la sociedad, la política, la economía,… Entre otas cosas, nos ha hecho a todos y a todas más independientes; y por tanto, más libres.


Aún queda camino por andar, sin lugar a dudas. Pero ha sido tan grande la transformación legal y social, que hemos llegado a un punto de búsqueda de equilibrio en cuanto a derechos y obligaciones de hombres y mujeres. Un ejemplo claro es la custodia de los hijos. Tradicionalmente, en el patriarcado, en el machismo, eso era cosa de mujeres. Luego, con el feminismo, se prefería dársela a las mujeres por las ventajas que les otorgaba: generalmente una vivienda y unas prebendas económicas. Pero todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La mujer de hoy no es mujer de la Transición. La mujer de hoy quiere (y necesita) un empleo. La mujer de hoy quiere y desea tener vida social, realizar deportes, participar en actos y eventos… La mujer de hoy quiere (la que quiera) rehacer su vida con otro hombre. Y el tiempo es limitado, y los recursos económicos son limitados, y las energías son limitadas, y no se puede estar en misa y repicando las campanas.  Por tanto, a fecha de hoy, la custodia exclusiva para la mujer más que un premio puede ser un castigo.
 

Este creo que debe ser el enfoque de la nueva igualdad para las mujeres. Ya no es cuestión de leyes o de apoyo institucional, que lo tienen. Ahora debemos centrarnos en ofrecer más autonomía a las mujeres para que puedan ser ellas mismas, sin que su vida tenga que estar tutelada por los hombres (padre o marido) como antiguamente, ni por el Estado como pretende el feminismo. Se trata de romper las cadenas, de evitar los prejuicios. Ni es aceptable que el cocinar, lavar, coser,… sean cosas de mujeres (como se consideraba en el machismo), ni se debe fomentar el rechazo a esas tareas porque el que las haga una mujer se considere machismo (como impone el feminismo). Ni el machismo ni el feminismo dan libertad a las mujeres. La que quiera coser, que cosa. La que quiera coger el cemento, los ladrillos, la paleta, y hacerle una caseta al perro, que lo haga. Porque no hay tareas de hombre ni tareas de mujeres. Porque el decirles a las mujeres lo que pueden y lo que no pueden hacer no es libertad, sino todo lo contrario.

Y debe quedar claro que en España el día 8 de Marzo es el día de la mujer trabajadora, no el día de la Ideología de Género. Y no se debe permitir que esta ideología discriminatoria y represora se apropie de este día y se arrogue la representación de las mujeres. Esas cuatro lesbianas desarrapadas que odian a los hombres no representan a las mujeres, porque la mayoría de las mujeres no son lesbianas, ni les gusta ir desarrapadas o disfrazadas de machos, ni odian a los hombres. Esas que salen el día 8 a la calle gritando amenazas del tipo: “Somos malas y podemos ser peores” no representan a las mujeres, porque la mayoría de las mujeres no van amenazando por la calle. Esas androfóbicas que gritan por las calles: “¡Estamos hasta el coño de tantos cojones!” no representan a las mujeres, porque la mayoría de las mujeres no van escupiendo groserías a su paso.

 
Por tanto, mujeres y hombres de la Ideología de Género, no aprovechen el día de la mujer para sembrar el odio en este país cainita. En esta España de Carlistas contra Isabelinos, de Republicanos contra Nacionales, no quieran convertirla en la España de Hembras contra Machos. Las mujeres no quieren que las azucen a la confrontación. Las mujeres quieren y necesitan que las comprendan, que las apoyen, que las dejen ser y hacer y que las ayuden cuando lo necesitan, igual que los hombres. Y las cuatro que sienten ese odio tan intenso y tan destructivo… pues para eso están los profesionales de la salud mental.


Es necesario otro enfoque en el apoyo a las mujeres. Es necesario librarlas de lastres para que por fin tengan libertad de movimientos. Es necesario que se liberen de las imposiciones doctrinales e ideológicas ajenas para poder ser lo que realmente quieran ser. Es necesaria una regeneración democrática.