viernes, 22 de agosto de 2014

Transparencia


 “Transparencia no es esto (mostrando un vaso con agua). Transparencia es la buena gestión…”, decía un concejal del PP en un pleno del Ayuntamiento. Pues no, Sr. Molina, no. Transparencia es la cualidad que tienen algunos materiales para dejar pasar la luz a su través, permitiendo que se vea lo que hay detrás, sin ocultar nada. Ese es el sentido que tiene el concepto TRANSPARENCIA en política: que no se oculte nada, que los ciudadanos puedan conocer dónde se gasta cada euro de los que aportan ellos al fisco, y el que pretender ocultar se convierte en sospechoso. No podemos olvidar que tenemos una serie de Administraciones Públicas para que nos proporcionen los servicios que necesitamos los ciudadanos: Sanidad, Justicia, Educación, Seguridad, Infraestructuras, Servicios Sociales, Cultura,… Y para ello aportamos grandes cantidades de dinero. Y ese dinero no lo aportamos los ciudadanos para que lo mangoneen a su antojo, ni para que nos impidan el conocer qué han hecho con él, a quién se lo han dado o para qué.

La Transparencia es crucial. Si existiese Transparencia, no existirían muchos de los problemas que hoy tenemos, al menos no con esta magnitud. Quizás no existirían la mayoría de ellos. Por eso resulta preocupante y hasta sospechoso el que casi todos los partidos políticos rehúyan la Transparencia. Para muestra un botón. UPyD pidió en el Congreso una ley de Transparencia en varias ocasiones. En todas ellas la tumbaron los votos en contra del PP y del PSOE, entre otros. Entonces, UPyD pidió que se publicasen en la página WEB del Congreso las nóminas de los Diputados, para que los ciudadanos sepan lo que pagan a sus representantes. También lo tumbó el PPSOE. Vale, pues entonces pidió UPyD que la página WEB del Congreso publicase las nóminas de los diputados de UPyD, que desde siempre han sido públicas en la página Web del propio UPyD. Pues una vez más se lo echaron para atrás. Pero el mensaje va llegando a la gente. Y la gente está harta de corruptelas, corrupciones, ocultación, mangoneos,… y un día, de la noche a la mañana, el Presidente del Congreso decidió publicar las nóminas de todos los diputados en la página Web del Congreso. Y, a renglón seguido, sacaron una ley de Transparencia que aprobaron con los votos del PPSOE. Por supuesto, y como suele suceder en estos caso, la nueva ley se llama de Transparencia, aparenta Transparencia,… pero sin que se transparente gran cosa ;-)


UPyD es el único partido que tiene un sobresaliente en Transparencia según Transparencia Internacional. Casi todos los otros partidos suspenden, incluidos el PPSOE, por supuesto. Y ese sobresaliente nivel de Transparencia deberían tenerlo todos los partidos, las administraciones públicas, los sindicatos, las ONGs,… y todas las organizaciones que se nutran de dinero público. Es que todas ellas deberían publicar, en un lugar de fácil acceso, dónde va a parar cada céntimo de dinero público. Es que si se publicasen los contratos que se hacen, a quién se le hacen, con qué condiciones, los costes previstos de las obras, los costes reales a final de obra, los sueldos que se pagan a unos y otros, las dietas, los privilegios, las concesiones,… habría menos corrupción, por un lado, y los ciudadanos tendríamos más claro a quién no debemos votar, por otro. Porque si vemos que el alcalde del pueblo trocea los contratos para no tener que sacarlos a concurso público, y que todos se los adjudica al mismo empresario, y que resulta que es el testaferro de tal cargo público,… pues otro gallo cantaría.


Si existiese transparencia, quizás no existiría el despilfarro de la administración paralela, quizás no existirían tantos enchufados, quizás no se daría dinero público a los amiguetes, quizás la ciudadanía exigiría la eliminación de los entes duplicados, quizás protestaríamos por la constante emisión de deuda pública para mantener el chiringuito de los de siempre,…


Por eso es necesaria una auténtica ley de Transparencia, no la simulación que han hecho para justificarse. Es necesario que los ciudadanos se conciencien y exijan su derecho a saber qué se hace con su dinero y quién se lo gasta y en qué. Es necesario que los políticos se apeen de su Olimpo y rindan cuentas a los ciudadanos. Es necesaria una regeneración democrática.